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Cómo ayudar a tu hijo en edad preescolar a desarrollar una relación sana con la comida

Todos sabemos que a los niños en edad preescolar les encanta mandar, y querer controlar su comida es sólo otro hito del desarrollo que nosotros, como padres, tenemos que superar. Es casi un derecho de paso que tu hijo pase por la fase "beige".

La dieta de un niño en edad preescolar debe incluir una variedad de alimentos de cada uno de los 5 grupos para alimentar esta etapa de enorme crecimiento físico y emocional, pero sabemos que conseguir que coman lo que es bueno para ellos puede ser más fácil de decir que de hacer. Y no sólo son importantes los alimentos, sino también su entorno alimentario, que puede ayudarles a jugar, aprender y explorar.

¿Cómo conseguir que tu hijo pruebe nuevos alimentos y desarrolle hábitos alimentarios saludables? Teri Lichtenstein, dietista acreditada, nos da unos consejos estupendos.

De las galletas a la cena

La mejor forma de conseguir que los niños sigan una dieta sana es exponerlos repetidamente a una variedad de alimentos de los 5 grupos.

Aunque muchos padres se centran en hacer galletas y magdalenas con los niños pequeños en edad preescolar, también es importante incluirlos en la preparación de las comidas familiares desde una edad temprana. 

Puedes elegir una tarea que se adapte a su capacidad, como escurrir o remover, desgranar judías o picar alimentos blandos como el aguacate con un cuchillo de mantequilla. Les encantará la responsabilidad, la oportunidad de tocar, probar y hacer preguntas, y es más probable que prueben algo que han ayudado a preparar. 

No hay necesidad de "enseñar" nutrición a esta edad más allá de estas experiencias interactivas que les ayudarán a sentirse cómodos y seguros en la cocina. 

Aperitivos superpotentes

Con tantas distracciones en el mundo de los niños en edad preescolar, puede ser difícil conseguir que se queden quietos el tiempo suficiente para comer una comida completa.  

Ofrecerles tentempiés sanos y nutritivos puede ayudarles a aliviar la presión de las comidas principales y maximizar la variedad. La fruta fresca y los palitos de verdura son excelentes opciones, y pueden servirse con hummus o mantequilla de cacahuete para añadir proteínas. Para diversificar aún más su dieta y darles la oportunidad de participar, prueba a preparar estas barritas de muesli para niños o pikelets de boniato. 

Los temidos años en que los niños se ponen quisquillosos con la comida

"¡Qué asco, eso no me lo como!" es una frase demasiado común en las cenas de los niños en edad preescolar y puede hacer que la hora de la comida resulte muy estresante.  Este rechazo o miedo a los alimentos desconocidos es un fenómeno estudiado conocido como "neofobia", que suele alcanzar su punto álgido entre los 2 y los 6 años. 

Prueba algunos de estos consejos para que tu hijo y tú os sintáis más seguros y cómodos con la comida: 

  • Cambia las texturas: es más frecuente que a los niños no les guste la textura de ciertas verduras que su sabor. Así que, si normalmente cocina las zanahorias hirviéndolas, pruebe a asarlas, picarlas finamente o rasurarlas con un pelador.
  • Ofrezca un plato de degustación - Sirva una selección de alimentos conocidos en un plato con alimentos nuevos para probar. O prueba con un "bol de aprendizaje" con alimentos nuevos junto a los alimentos "seguros" que ya comen y disfrutan.
  • Reduzca la tensión: como padre, intente ignorar el comportamiento en la medida de lo posible y no presione a su hijo para que coma. Los estudios demuestran que esta presión puede empeorar el comportamiento quisquilloso e influir negativamente en su relación con la comida a largo plazo. Descubre por qué las comidas desordenadas son un triunfo para los padres.
  • Repite, repite, repite: los estudios demuestran que pueden ser necesarias hasta 10 exposiciones a un alimento para que un niño quisquilloso intente comerlo, así que no te rindas. Sigue sirviendo estos alimentos y asegúrate de ser un modelo saludable.
  • Comparta responsabilidades - Pruebe la división de responsabilidades de Satter, en la que el adulto toma la iniciativa a la hora de proporcionar y seleccionar los alimentos, pero el niño decide cuánto comer. Este método reduce el estrés y ayuda al preescolar a confiar en sí mismo a la hora de comer y a comprender las señales de hambre y saciedad. También te ayuda a ti a comprender mejor la cantidad de comida que debes ofrecerle.
  • Calcula el promedio: recuerda que un niño sano no se morirá de hambre si rechaza una comida o un tentempié. Es poco probable que esa comida perdida tenga un impacto significativo en su salud general.
  • Acude a un experto - Si te preocupa que el hecho de que tu hijo sea quisquilloso con la comida pueda estar relacionado con otro problema de salud o esté afectando negativamente a su crecimiento y desarrollo, puede ser una buena idea consultar a tu médico de cabecera o a un dietista acreditado.

Recuerda que no sólo estás alimentando a tu hijo en edad preescolar, sino que estás fomentando su amor por la exploración, el aprendizaje y las opciones saludables. Es un maratón, no un sprint, pero cada pequeño paso que des hoy contribuirá a que adquiera buenos hábitos alimentarios durante toda su vida. Confía en el proceso, disfruta cocinando y comiendo juntos y deja que la curiosidad natural de tu hijo le guíe hacia una relación sana con la comida.

https://www.sanitarium.com/au/health-nutrition/ask-a-dietitian/food-fundamentals-for-preschoolers

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